La enseñanza que la vida me sigue ofreciendo…

Muy buenas seres luminosos, como siempre daros las gracias a las personas que leéis este espacio, dónde comparto mi sentir, mis conocimientos, aprendizajes y todo lo que a mi me aporta y siento que puede ayudaros también a vosotros.

Siento que lo que es bueno para mí, también es para los demás ya que somos UNO (si tu no lo sientes así, no pasa nada, solo podemos sentir lo que nuestro corazón siente que es cierto para él, aunque para ello yo te invito que mantengas una mente abierta y dejarte sentir por tu corazón). En este pequeño plano, sólo somos avatares de una misma Conciencia. Realmente no es que haya aprendido más cosas, sino que las he recordado, todo este tiempo de parada, ha tenido un propósito de vida, un propósito que se me había vuelto a olvidar, los programas inconscientes de mi clan, de mis padres, mi primera infancia, adolescencia, los bloqueos y shock se habían vuelto activar y no era consciente de ello. Activando en mí, esas creencias limitantes introyectadas en mi ADN, en el sistema nervioso en cada una de mis células, desconectándome de mi coherencia, de mi corazón y volviendo a estar en estado onírico en este sueño.

Más que nunca, a mis 54 años de vida, siento esas ganas de vivir, ganas de compartirme con todos vosotros, con la certeza de cuanto más doy más recibo. Todos estos meses de enfermedad, tratamientos agresivos, cirugía, que se ha llevado una parte de cuerpo (mi pecho izquierdo para ser más concreta), sólo han venido para decirme y que recuerde quien Soy.

Trabajar el desapego físico, emocional, de relaciones toxicas y aprender muchísimo amor incondicional hacia la vida, hacia mi misma y hacia los demás.

Primer día de agua bendita (quimioterapia)

No os voy a engañar y os voy a decir que haya sido un camino de rosas, por que seria engañarme a mi la primera, ha sido un camino muy duro, aunque también quiero ser sincera y todo el camino aprendido estos años, con el Curso de Milagros, la Psicosomática Clínica, Reiki, Registros Akáshicos, Meditación …, me han ayudado a caminar muy tranquila y confiada en este proceso, con muchos días de miedo si , de lagrimas también, de dolores en todo mi cuerpo, aunque con la certeza que todo esto iba a pasar y todo esto me ha hecho llevarlo con mucha más suavidad y como decía mi oncólogo (te afecta menos que a otras personas este tratamiento tan fuerte), estas bombas que me metían en el cuerpo, las sobrellevaba mejor que otras personas, era algo que yo veía, no tenia vómitos, ni diarrea y en cuanto podía salía a disfrutar de la naturaleza y conectarme con la tierra y el cielo.

Gozar de buena compañía de mi marido Fernando, mi sobrina Marta, mis amigos Etna y Toño, Arancha, Mamen, Talita, Judhit, Toni , Geli, Nani, Luis, Paloma, Isabel, mi gata Gyna y mi perro Trotsky que durante todo el proceso han estado muy sensibles, tristes y ahora se han recuperado y están alegres volviendo a ser ellos …. y a muchos que desde la distancia, han colaborado enormemente en mi recuperación, en mi sanación.

Mis terapeutas, Jaume, Pamela y Daniel, que me han aportado mucha sabiduría y crecimiento personal. No quería dejar los agradecimientos para el final, por que gracias a todos ellos, me han ayudado a reconocerme, a darme esa valía que yo tengo y que por un momento la había olvidado, GRACIAS OS AMO.

Por hoy aquí me quedo, así os abro boca, quiero contaros muchas cosas, muchas aprendizajes …. recordar una cosa «Vuestra vida es Sagrada»…

El Cáncer llegó a mi vida.

Muy buenas, ¡Cuánto tiempo ha pasado desde mi última entrada!, Lo primero es daros las gracias a todas las personas que os habéis suscrito a mi pagina en estos meses y a todas las que seguís aquí, estoy bastante ausente, ya que en diciembre del año pasado me diagnosticaron un Adeno Carcinoma Ductal Infiltrante Inflamatorio en estadio 3++, ósea un cáncer de mama del pecho izq., afectando ganglios axilares. Por este motivo no he tenido ni ganas ni fuerzas para ponerme a escribir.

El diagnostico llego de una forma rápida, en una semanas el pecho se inflamó, el primer diagnostico fue una mastitis, al no confiar en este diagnostico, «me llego» que era algo más que eso, me puse en manos de un ginecólogo privado que rápidamente me mando hacer una ecografía de urgencias y ya, con esta prueba me diagnosticaron el cáncer, con ello me fui a la Seguridad Social y empezó esta aventura donde llevo inmersa desde hace 8 meses.

Empiezo por aquí, cuando una persona desarrolla un cáncer, estaría hablando de una gran desvalorización (falta de respeto, un sentimiento de injusticia, de alguien que no esta haciendo su vida, en mi caso ya que soy diestra y el pecho+ganglios afectados es el izquierdo, me esta hablando de función materna (protección del hijo y el nido, nutrición, cariño…). Antes de nada como psicosomátologa quiero añadir que cuando el cáncer llega a una persona, es un proceso de curación, de sanación independientemente del resultado «curación física o muerte».

El cáncer de mama es un crecimiento de las células de gandulas mamarias, en mi caso fue de una forma rápida y bestial, ya que necesita hacerse mas grande para poder seguir alimentando, nutriendo, protegiendo de una forma simbólica al hijo y protegiendo su nido.

El cáncer estaba en la zona izq. de la mama en el cuadrante inferior izq. y los ganglios afectados en la axila también izq. Este tipo de tumor va muy rápido (cuando da la cara) y enseguida inflamó todo el pecho, produciendo un tamaño brutal de la mama y afectando a la piel en todas sus capas.

El diagnóstico fue un varapalo, me dejo en estado de shock, sinceramente no me lo explicaba, llevo años trabajándome la relación con mi hijo, y con todas la personas que yo consideraba en el pasado que me había comportado como una madre o haciendo esa función materna, sentía que estaba poniéndome los limites necesarios para tener una relación equilibrada y de reciprocidad con ellos, aunque con este diagnostico, estaba claro que no era así, que había un sentimiento de culpa inconsciente en mis limites, y que por supuesto un transgeracional a estudiar más profundamente, ir a mirar, sentir y limpiar.

Alguna personas pocas, muy pocas y hasta yo misma, me pregunte ¿Cómo es posible que una persona que se dedica acompañar a otras personas en su procesos, haya desarrollado un tumor con un diagnostico tan grave? Pues bien, podría decir que soy humana como todo el mundo y tengo mis palos de ruedas, aunque esto es así, también como estudiante de UCDM (Un Curso de Milagros), se que el guion esta escrito y que iba a pasar por aquí de una otra manera, para poder sanar el apego, las relaciones especiales que el ego se monta, y sanar una memoria/fidelidad familiar de las madres (o les que hagan esa función materna) del clan con respecto a sus hijos (reales o simbólicos) de sobreprotección, donde quedan invalidados tanto ellos como la madre.

Rápidamente me puse en manos de otro terapeuta y profesor mío (Jaume Valls) ya que siempre necesitamos a alguien que nos haga de espejo, *aunque seas terapeuta y lleves años ejerciendo nunca podrás ser tu propio terapeuta*. Con la ayuda de Jaume que me esta acompañando en este proceso, pude ver memorias muy dolorosas en el clan familiar tanto paterno como materno, entrando en estado de relajación (guiada por Jaume), fui constelando situaciones donde mis antepasadas habían tenido que hacer cosas, que las habían producido un inmenso dolor que no pudieron o no quisieron compartir con los demás, como venta de hijos, asesinatos, abortos, en tres generaciones por detrás de mi, que hicieron que las otras descendientes sobreprotegieran a sus retoños varones, sobre todo, de una forma enfermiza incluso siendo estos ya adultos, invalidándolos en sus vidas.

Sin descarta el síndrome del gemelo solitario, «que podéis encontrar unas entradas atrás», mi hijo que es doble mío por parecido físico.

Era difícil con todo el transgeracional llevado en la mochila, no confundirlo con el hermano que vino conmigo en la barriga y que a los tres meses de gestación se marcho (he podido ver mi deuda por sobrevivir y su demanda hacia mi), si le unimos el proyectos sentido de mis padres hacia mi, de sacrifico y cuidado de los demás miembros de la familia, (hija bastón), podríamos decir que tenemos el coctel perfecto.

Curiosamente también en un aniversario con mi madre, el tumor parece dar la cara a los 53 años, aunque no había signos físicos, el verano pasado yo me sentía muy cansada, lo tapaba, aunque mi inconsciente me gritaba que algo no estaba bien, yo me negaba a mirar y pensaba que se pasaría. Cuando mi madre tenía 53 años, una de mis hermanas sufrió un accidente que la dejo parapléjica de por vida, mi madre murió simbólicamente, se fue metiendo en su mundo y a los pocos años desarrollo Alzheimer, demasiados duelos sin hacer, mi madre dio a luz una hija muerta por un traumatismo ( que es doble de mi hijo), antes de que esta hermana (que es Renata de la niña muerta, nació después de la niña que nació muerta) que quedo en silla de ruedas naciera, nosotras dos, las que nacimos después de ella, llevamos esa memoria, ese dolor de mi madre, su perdida y nuestras vidas han sido complicadas. No me voy alargar más en esto, no me apetece contar el drama, ya que en otras entradas esta mas o menos explicado.

Quise trabajarlo también con otro acompañante Daniel Sobreviela, que ya me había acompañado la primera vez que desprograme, quería hacerlo desde la terapéutica de UCDM y la Bioneuroemoción, fue una sesión intensa de confirmación de lo que había ocurrido, nos fuimos de viaje al año 2020, que por el tamaño del tumor indicaba que se había producido un schok, yo lo recordaba muy bien, ya que en enero hasta marzo de ese año, discutí con mi hijo, por que el quería volver al piso donde vivíamos su padre, el y yo, y volvió, sin mi consentimiento, ya que yo quería venderlo o que su padre me comprara mi parte, su padre no quiere venderlo.

Yo sentí una profunda traición por parte de mi hijo, ya que eso haría que yo no me pudiera desvincular de su padre, sentí que habían cogido por los ovarios. Un año atrás me había separado y divorciado de su padre, no tenía fuerzas para otra guerra, o bueno ahora entiendo y siento que no podía dar un golpe en la mesa y llevar a juicio a su padre para forzar la venta del piso, ya que sentía y me da miedo de que mi hijo no volviera hablar.

Se que en muchos casos el cáncer de mama izq. en una diestra, aparecen cuando los hijos se van de casa y la madre siente que su nido se queda vacío, en mi caso no era así, conscientemente yo sentía que mi hijo tenia que hacer su vida, algo que fomente el año anterior (el del divorcio), para que el fuera a vivir a Madrid e hiciera su vida. Aunque inconscientemente me sentía una mala madre por no dejar que el volviera al piso. Después de la broncas que mantuvimos, me sentí agotada y sin fuerza, para hacer lo que realmente quería hacer, cerrar esos 30 años casada con su padre y el piso para mi, era un símbolo muy importante, deshacerme de el , ya que me daría la oportunidad de no volver a saber de su padre, de no tener nada en común con él.

Con la consulta de Daniel y también con las de Jaume, me di cuenta de que desde hacia muchos años, desde que estuve enferma con el síndrome central y aislada en una burbuja (también lo podéis encontrar en entradas anteriores), la culpa me arrastraba y pagaba con dinero (comidas, regalos, matriculas, materiales de formación, terapia, escucha ….) las deudas emocionales a mi hijo ya siendo un adulto, e incluso yo sigo pagando los gastos fijos de esa casa a medias con su padre, ya que si no lo hiciera, su padre se podría quedar legalmente con la vivienda. Todo esto hacia por miedo a que mi hijo me dejara de hablar, me dejara sola, y así me reconociera como una buena madre.

Una forma muy sibilina por mi parte de invalidar a mi hijo que ya con 31 años, pensando que así le mantendría cerca de mi, sin verle como el adulto que es y que se responsabilice de su vida. ya que el desde los 19 años ha trabajado, aunque nunca aporto nunca dinero en casa, ni su padre ni yo supimos ejercer como padres y como se suele decir «nos tiene bien agarrados».

En estos años cada vez que yo me he puesto limites con él, le he dicho, «no, basta ya», hemos tenido unas brocas considerables, duras, algo que volvió a repetir en mi proceso con esta patología, por decir no y ponerme en cuarentena de el. Un gran aprendizaje para mí, la vida me lo ha tenido que gritar, desarrollar un cáncer donde los médicos me daban unos 4 o 5 meses de vida, pasar un tratamiento fuertísimo de quimioterapia (agua bendita como yo le llamo), una mastectomía radical de pecho y lo queda de esta aventura.

La verdad que tratamiento con la quimio, a pesar de que me dijeron que era súper fuerte, todo este trabajo o moldeamiento como a mi me gusta llamarlo, lo he vivido de una forma muy tranquila, con efectos secundarios, como dice el oncólogos, bastante mas leves que otras personas, si es cierto que se me cayo el pelo y me dolían los huesos, aun así me sentía con energía, el 19 de julio me hicieron la mastectomía y en ningún momento he sentido dolor, ahora que se esta secando los puntos es cuando más me molesta. Esto habla de como ido integrando todo este proceso, liberando a mi hijo y a mi de esas ataduras, «yo se que el es valido para hacer su vida, es mas, cuando yo mas hago mi vida el mas hace la suya» y eso es maravilloso.

También paso algo importante en el año 2020, aparte de lo contado y la pandemia, que me hizo saltar ese programa de función materna, de cuidadora, con mi hermana, la que os he contado antes. Su pareja falleció ese año y aunque llevábamos unos años sin comunicarnos, mi personaje salto como un resorte, con mas medida eso si, aunque igual de toxico, estuve durante un año mas o menos, yendo a su casa 5 o 6 días todos los meses ( no todos) para estar con ella y ayudarla en su proceso, cayendo como siempre en mi proyecto de hija bastón, hasta que me día cuenta que mis síntomas de fibromialgia volvían a salir y deje de ir, ¡esto es mentira!, seguí yendo aunque espacie las visitas. Eso no impedían que mis promesas, mis programas … me saltaban diciéndome lo mala hermana que era.

No podemos pretender que los demás cambien, ellos hacen muy bien en respetarse y mira por ellos, hacer su vida, sin sentir culpa y caiga que caiga para lograr realizarse o mantener su vida como ellos quieran.

No tengo ni idea que me depara en un futuro, ahora tengo energía, me siento bastante bien, reconozco que gracias a este proceso, a este cáncer, me he conocido más profundamente, y el auto respeto, la autovaloración, el amor propio, anda en mi camino, por fin. Pensaba que lo tenia integrado ya que normalmente me comporto así con las demás personas, no podía ver que con estas dos personas ser quien yo soy realmente, me era muy difícil, por la carga de programas incapacitante que traía, ahora soy libre y les libero a ellos también.

Al fin me permito sacar mi numero de alma, (en numerología yo tengo un 5 en mi numero de alma), se haya calculando el valor de las vocales de tu nombre y apellidos, y este numero simboliza, la libertad, los valores propios, el auto respeto, hacer tu vida por supuesto sin joder la de los demás. Es algo que ya traes y vienes aplicarlo en esta vida.

Profundizar más en la Psicosomática Clínica. Parte 5.

Voy a seguir profundizando más en esta herramienta de la Psicosomática Clínica, ya que considero de vital importancia, el estudio del transgeracional, para el proceso de toma de conciencia que va a conducir a la persona acompañada a su crecimiento personal e incluso a la sanación de su patología.

Aquél que no conoce su historia está condenado a repetirla”, (atribuida a Napoleón Bonaparte 1769-1821), aunque también se cuenta que el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás (1863-1952), en su evaluación del pasado, presente y futuro ya nos decía “Aquellos que no recuerdan su pasado están condenados a repetirlo”.

Aunque esta frase la hemos asociado siempre con la historia de un país, para mi es una frase aplicable a nosotros como individuos, ya que como he explicado en anteriores entradas, vamos heredando no solo el color de ojos, la profesión, patologías, conductas de nuestros antepasados, vamos repitiendo como robotitos generación tras generación, errores, comportamientos, creencias, que pensamos que son normales ya que están de una forma inconsciente e nuestra memoria del inconsciente familiar y colectivo. Y nos decimos, nos justificamos, *es que yo soy así*, *en mi familia esto es la norma*, ¡yo no sé porque me comporto de esta manera o de esta otra, aunque es algo que no puedo evitar!, sin preguntarnos en ningún momento porque lo hacemos, sin estudiar como fue la vida de los nuestros antepasados, algo normal ya que en ningún momento de nuestra vida nos enseñan a mirar hacia dentro, y tristemente nos lleva a repetir una y otra vez, de una manera o de otra ya sea por repetición, por oposición esas memorias que llevamos dentro. Pongo un ejemplo para explicar esto:

– Una mujer de unos 30 años acude a consulta, exponiendo que tiene unas ganas enormes de ser madre, aunque no lo consigue, que lleva dos años casada con su marido y que este problema les esta alejando ya que a priori no hay un problema físico para no tener hijos. Miramos su árbol y ella es doble de su abuela materna, mujer que vivió en la guerra civil española, tuvo varios abortos y que uno de sus hijos murió a los pocos días de nacer, algo que le produjo un enorme sufrimiento a la abuela según me cuenta mi clienta, aunque también me comenta que la abuela por las circunstancia que vivía no se permitió poder hacer esos duelos ya que no era razonable y había que sobrevivir, es lo que ella me cuenta, que era lo que su abuela repetía en alguna ocasión..

Le explico que lo que le pasa no es suyo, es el miedo inconsciente de su abuela a perder a sus hijos, es una memoria que ella lleva al ser su doble y quizás las mujeres de su clan descendientes de esta abuela, me confirma que sí, que sus dos hermanas han tenido abortos, y ella no ha podido concebir ni siquiera por in vitro.

Hacemos terapia, duelos de esos abortos y del recién nacido que falleció (hijos de su abuela) que “curiosamente” también es doble de mi clienta, les damos su lugar en el árbol, les ponemos nombres, le doy una explicación del miedo de la abuela a traer hijos en aquella difícil situación histórica que ella vivía (la guerra civil española), donde había hambruna, peligro constante de perder la vida, mucho miedo.

Mi clienta se emociona muchísimo con todo este trabajo, como si ella sintiera ese mis dolor, como si lo recordara, algo que es así, la ciencia nos ha demostrado de durante 30 años la memorias celulares que vive mama cuando esta embarazada se va trasmitiendo a sus hijos, y su madre (hija nacida después del hijo que falleció de su abuela), va pasando esa información, el miedo de la abuela, pasa a la madre y este a sus hijas, me comenta que cuando hablo con su madre de todo esto, ella también le contó que tuvo un aborto antes que su hermana  mayor, algo que nunca contó ya que bueno le parecía vergonzoso, ¡curioso verdad!.

Realizado el trabajo, a los seis meses de la terapia, mi clienta se quedo embarazada y esta apunto de tener su primer hijo, todo va bien, su marido y ella están muy felices, con muchas ganas de tener a su primogénito en brazos.

Este es solo un ejemplo de como los traumas de nuestros antepasados nos pueden ir condicionando la vida, en su caso no era repetición, ella no tenia abortos, sino por oposición, no traigo hijos a este mundo porque pueden morir, curioso que también estemos viviendo años de crisis económicas, desempleo, en medio de una pandemia que parece una guerra más que una patología donde hay mucho miedo.

Iré poniendo mas ejemplos a medida que vaya desarrollando mas esta maravillosa herramienta que es la Psicosomática Clínica.